Publicado el: 8 mayo, 2017.
Para mucha gente alrededor del mundo Cuba es sinónimo de playas y música. Y aunque Baracoa tiene mucho más que ofrecer en términos de turismo de naturaleza, turismo de aventura, ecoturismo (¡y música!), nuestra región tiene bellas playas libres de las muchedumbres y el ruido de los grandes complejos hoteleros.
Las playas de Baracoa son prácticamente vírgenes y deliciosas. Si vienes en julio o agosto, las compartirás con los alegres baracoenses, a quienes les encanta pasar un buen día veraniego en la playa en familia, con amigos locales, ¡o internacionales! En los meses invernales, nuestras playas parecieran esperarte solamente a ti y a tus compañeras y compañeros de viaje…
Maguana, la joya de arenas claras y aguas color turquesa
La claridad del mar en playa Maguana y su brillante colorido no tienen par en la región. El suave vaivén de sus olas mece tu cuerpo y es un placer flotar en estas aguas, a salvo de las corrientes marinas gracias a una serie de barreras de rocas y coral.
Las finas y claras arenas te invitan a caminar junto a las palmeras, almendros, uvas caletas y cocoteros, sintiendo las pequeñas olas llegar rompiéndose a tus pies.
La gente local te ofrece agua de coco fresca: abren el coco frente a ti y cuando terminas de beber su elixir lo parten en dos y puedes saborear la carne de ese coco recién cortado. También venden bombones de chocolate o pequeños frascos de mantequilla del cacao orgánico típico de la región de Baracoa.
En el área principal de Maguana, dos cafeterías y dos restaurantes familiares ofrecen pescado y mariscos frescos, mojitos o piñas coladas y cerveza. Alquilan sillas y sombrillas de playa para protegerse del sol.
En el camino de Baracoa a Maguana, cruzarás dos ríos: el Duaba, uno de los más cristalinos de Cuba, y el Toa, el más caudaloso. La carretera se acerca y se aleja de la orilla del mar, bordeando caseríos, fincas y un par de pequeñas bahías.
El Manglito, entre botes de pescadores y peces de colores
El Manglito es el epítome de la playa caribeña rebosante de buenas vibraciones. Relájate tomando sol o a la sombra de palmeras sobre arenas claras, báñate en sus aguas poco profundas, disfruta algún mojito o una cerveza y saborea un rico almuerzo de pescado o mariscos frescos junto al mar.
Los pequeños botes de pescadores van y vienen con la pesca del día o sencillamente flotan junto a la orilla. Mujeres del caserío cercano a la playa vienen a vender dulces típicos de almendra y caramelo de azúcar morena, frasquitos de aceite de coco o pulseras artesanales hechas con semillas de la localidad.
Las aguas son tan bajas y tranquilas que puedes adentrarte bastante en el mar y seguir de pie sobre la arena. A lo largo de la cercana barrera de coral, puedes practicar el buceo con esnórquel y apreciar peces tropicales de colores a pocos metros de la playa.
Una tarde en El Manglito puede ser la agradable segunda parte de un día que comience con una visita a una pequeña finca de cacao en El Güirito, seguida de una excursión matinal por el Cañón de Yumurí.
Cajuajo, la más silvestre y apartada
Aquí no hay sillas ni sombrillas de playa. Ni restaurantes rústicos siquiera. Aquí solamente encontrarás la arena y el mar, y no se necesita más para apreciar la belleza del lugar. Pocos viajeros llegan a Cajuajo y su encanto es precisamente su recóndita y raramente frecuentada ubicación.
Situada entre la rocosa Boca de Boma y la plácida Bahía de Mata, Cajuajo cuenta con algunos hogares rurales a corta distancia. La gente del lugar te ofrece agua de coco fresca, y puedes encargar un almuerzo típico de pescado o mariscos recién pescados. Otra opción, si vas en compañía de varias personas, es encargar un lechón asado en púa, a la manera tradicional cubana.
Cajuajo puede ser la segunda parte de una excursión de ciclismo rural profundo que comience con una visita a la Cueva del Cacique, sitio arqueológico taíno situado en Boca de Boma. O bien ser visitada después de vivir la experiencia musical y cultural del nengón y el kiribá, antiguos ritmos musicales de Baracoa cultivados en la zona de El Güirito. En ambos casos, podrás disfrutar de una degustación de la cocina tradicional y única de la región.
Playa Mapurisí, más recóndita aun…
Si te gusta explorar zonas costeras variadas, salvajes y muy poco visitadas, te recomendamos la bella zona de Nibujón, a orillas del Parque Nacional Alejandro de Humboldt. Ahí encontrarás la hermosa playa Mapurisí…
Información práctica y detalles de presupuesto
- Es posible alquilar un taxi por el día para llevarte a cualquiera de las tres playas: Maguana (30 CUC), El Manglito (25 CUC) o Cajuajo (25 CUC). El taxista se ajusta a tu itinerario y hora de regreso. Si compartes el taxi con otras personas, el precio por persona es mas accesible desde luego.
- El paseo a Maguana, a El Manglito o a Cajuajo puede hacerse en bicicleta también. Nuestros mapas ciclísticos de la región de Baracoa están disponibles, cortesía de Villa Paradiso, para nuestros huéspedes. El cicloturismo en Baracoa es una opción muy placentera para descubrir la región, y se inscribe de maravillas en la vía del turismo sostenible y el ecoturismo.
- El alquiler de una buena bicicleta en Baracoa cuesta entre 5 y 6 CUC por un día. Nosotros podemos referirte a un arrendador local que tiene bicicletas en excelente estado.
- Para el almuerzo en la playa, algunos de nuestros huéspedes han decidido llevar su propia comida (sándwiches, bacanes, cucuruchos, fruta, chocolate de cacao orgánico de la región, etc.). Pero también puedes encargar el almuerzo en estas playas, a un costo que varía entre 5 y 12 CUC según lo que ordenes.
- Si vas a El Manglito, es bueno llevar equipo de buceo con esnórquel, ¡para disfrutar de los peces tropicales de colores junto al arrecife de coral! Puedes alquilar el equipo de buceo con esnórquel en El Manglito y contratar a un guía que te lleve por la mejor ruta hasta la barrera de coral. El precio es de entre 8 y 10 CUC.
Actividades, Baracoa, Turismo Sostenible
Etiquetas: Cicloturismo, Ecología, Playas, Turismo de aventura, Turismo de naturaleza
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