Publicado el: 19 mayo, 2018.
De muy modesta longitud pero cristalino como el que más, el río Las Minas es raramente mencionado cuando se habla de Baracoa, a diferencia de lo mucho que se habla de los más célebres como el Duaba, el Toa o el Yumurí. El río traviesa un hermoso valle entre montañas y está rodeado por una flora endémica que en Cuba llamamos “charrascal”.
El charrascal es un medio geológico y botánico particular del Oriente cubano. A primera vista, y desde lejos, el charrascal da la impresión de ser solo una capa de matorrales muy poco llamativa. Sin embargo, cuando uno se interna en él, el charrascal revela y ofrece al excursionista una flora singular y muy hermosa.
El río Las Minas, recreación de los baracoenses y cuna de campeonas
El río Las Minas tiene solamente 5.6 km de largo. Es un tributario del río Miel, que desemboca en la bahía del mismo nombre, en la idílica comunidad de pescadores de Boca de Miel frente a la ciudad de Baracoa.
En el verano, los baracoenses disfrutan mucho pasar el día en la gran piscina natural del río Las Minas que se encuentra junto al caserío de Vega Larga.
En esa piscina natural se entrenaba Elisbet Gámez Matos, una joven nadadora de nuestra región que ha ganado medallas en competencias internacionales.
Aguas puras que serpentean en un hermoso valle entre montañas
Los meandros del río Las Minas bajan de las montañas, a veces estrechos, a veces muy anchos. Siempre transparentes. Para remontar su curso, deberás atravesarlos múltiples veces.
Los lugareños indican la localización de los sitios de interés según el número de veces que hay que pasar el río para llegar. Así, por ejemplo, el caserío de Las Minas se encuentra 25 pasos río arriba y desde el séptimo paso se divisa a lo lejos la Loma del Peñón.
El aparentemente modesto charrascal y sus riquezas insospechadas
Muchos viajeros vienen a Baracoa atraídos por su exuberante vegetación de palmeras y bosques tropicales húmedos. No es el charrascal el tipo de flora que más les atrae la atención. Y sin embargo, el charrascal es un hábitat fascinante.
La flora del charrascal es única, pues se ha desarrollado en un contexto geológico particularmente difícil. Crece en suelos de roca serpentina y, si hay tierra en el lugar, es de tipo ferralítico. Es un medio con muy poco nitrógeno.
El charrascal: árboles, bromeliáceas, orquídeas…
El charrascal se halla solamente en el macizo Nipe-Sagua-Baracoa. Es un conjunto de plantas xeromorfas (cuya estructura o morfología se adapta a la sequedad) sub-espinosas (sin espinas). En contraste, el cuabal está compuesto por una importante proporción de plantas espinosas.
Sin embargo, en el charrascal de Baracoa podrás ver algunas especies espinosas como la palma endémica llamada pajúa (Bactris cubensis) y la Acacia bucheri, en peligro de extinción, cuyo tronco está completamente cubierto de púas.
Basta con adentrarse en alguna de las cañadas por la que baja un arroyo hasta el río Las Minas para encontrar una gran variedad de flores. Acá te compartimos algunas, empezando por la encendida Gesneria shaferi, actualmente clasificada como especie amenazada y rodeada en esta foto por el helecho endémico Anemia coriaceae.
Esta otra pequeñita flor con seis pétalos blancos es una Rauvolfia salicifolia. Se aprecia un color magenta en la base de los pétalos, cerca del centro de la flor. Al fondo puedes ver las rocas serpentinas sobre las que crece esta vegetación excepcional.
Más flores, ¡pero también aves!
Los amantes de la observación o avistamiento de aves encontrarán en el charrascal un medio muy interesante. Durante nuestra excursión pudimos fotografiar una Cartacuba (Todus multicolor), hermosa avecilla colorida endémica de nuestro país, al igual que un Tocororo (Priotelus temnurus), ave nacional de nuestro país.
Las orquídeas son muy variadas en el charrascal. Logramos ver otra especie endémica actualmente también clasificada como amenazada: la Atopoglossum prostratum.
Entre las variedades de bromeliáceas que avistamos se encuentra la bella Tillandsia bulbosa.
Más flores y plantas endémicas en estas cañadas fabulosas
La Gesneria durchartreoides, otra especie endémica del Oriente cubano, nos pareció bastante abundante en el área. Sus flores de caprichosa forma te invitan a contemplarla detenidamente.
También hallamos bellas floraciones de esta Purdiaea, igualmente endémica del Oriente de nuestro país. Sus flores se alzan al cielo y brillan bajo la luz solar, con sus pétalos en delicados tonos rosa pálido y lila.
Al igual que en otras áreas protegidas como el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, en los charrascales del río Las Minas se puede observar la Dracaena cubensis, otra planta endémica de la región. Las que encontramos en esta excursión tienen sin embargo tallos mucho más largos y altos que las que hemos podido ver en otros lugares.
Al final de nuestra caminata, tomamos un descanso junto al pequeño arroyo. Un lugar muy bello con mucha vegetación cuyo follaje sin embargo deja pasar la luz del sol.
Es increíble que en este suelo rocoso tan poco apto a favorecer la flora se haya desarrollado con el tiempo semejante riqueza vegetal.
Al regresar hacia Baracoa, del otro lado del río Las Minas se nos ofreció esta bella vista de los dos montes que la gente local llama jocosamente “las tetas de Teresa”.
¿Lo sabías?
Aproximadamente el 70 % de las especies de plantas y árboles del charrascal son endémicas. Una flora que no podrás apreciar en otros lugares de Cuba.
La Lista Roja de la flora de Cuba aborda el estado de conservación de la flora del país y determina la situación específica de una enorme cantidad de plantas indicando, por ejemplo, si se encuentran vulnerables, amenazadas o en peligro de extinción.
La Lista Roja fue publicada en la revista Bissea, del Jardín Botánico Nacional de Cuba (Vol. 10, número especial 1, Enero de 2016) y es el resultado del trabajo del Grupo de Especialistas en Plantas Cubanas (GEPC), de la Comisión de Supervivencia de las Especies (CSE) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Información práctica y detalles para tu presupuesto
- La caminata a lo largo del río Las Minas comienza desde la pequeña localidad de Cabacú, que colinda con la ciudad de Baracoa. Para llegar ahí se puede tomar un taxi (entre 3 y 5 CUC), o un bicitaxi (entre 3 y 4 CUC) o un coche tirado por caballos (10 CUP).
- También se puede llegar en bicicleta, pero el trayecto es muy corto entre Baracoa y el punto de partida de la excursión. No creemos que valga la pena alquilar una bicicleta que casi no se usará durante el día. Y será complicado hallar un sitio dónde dejarla mientras se hace la excursión a pie por el río. Hay otras excursiones en la región de Baracoa que se prestan mucho más al cicloturismo.
- Te recomendamos llevar suficiente agua para asegurarte de no deshidratarte. Y algo de comer: un sándwich y algunas frutas o dulces típicos de la región.
- Necesitarás buen calzado para excursiones y para atravesar el río varias veces. La profundidad del agua varía entre unos 5 cm y hasta el nivel de los muslos.
- Para poder realmente apreciar la flora local, es imprescindible el acompañamiento de un o una guía que conozca muy bien la vegetación del charrascal.
Actividades, Baracoa, Turismo Sostenible
Etiquetas: Bosques, Ecología, Excursionismo, Observación de aves, Ríos, Senderismo, Sitios recónditos, Turismo de naturaleza
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